LECTURA















Dios piensa en ti, no por ti
Por Cash Luna

Nuestros pensamientos son el punto de partida de la obra del Señor. No puede hacer “más” sino tiene con qué.

Aprende a pensar. Haz tuyos los pensamientos del Señor para que se multiplique en tu vida y se hagan realidad.

Efesios 3:20 nos confirma: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

Dios es poderoso y constantemente vemos muestras de ello. Por fe comprendemos que hizo el universo con Su palabra, por eso sabemos que las palabras tiene poder porque vienen de nuestros pensamientos. Son capaces de crear o destruir, de sanar o enfermar, propiciar la paz o la guerra y darnos amigos o enemigos.

El escritor de este pasaje no exagera cuando dice que Dios puede hacer "mucho más abundantemente", así como no es exageración hablar de Su inmenso amor que lo movió a entregar a Su Hijo por nosotros, y tampoco se exagera sobre Su misericordia que es nueva cada mañana, o Su perdón que toma nuestros pecados y los envía al fondo del mar para no recordarlos más. Entonces, debemos convencernos de que no hay palabras para describir Su poder que es capaz de hacer mucho más de lo que entendemos y pensamos. Por eso es importante que pensemos.

Nuestros pensamientos son el punto de partida de la obra del Señor. No puede hacer "más" sino tiene con qué. Primero debes darle la materia prima para que haya punto de comparación. Si piensas que Dios puede sanarte, seguramente te dará salud en abundancia. Si piensas que Dios te bendecirá y te levantará, ten por seguro que Él tomará ese pensamiento y lo hará palpable de forma sorprendente. Piensa bien porque Su obra se basa en ello. Nunca he visto a Dios bendecir a alguien que piensa mal de sí mismo. Quienes dicen "soy un inútil" no le dan al Señor material para hacer algo útil en sus vidas. Por el contrario, aquellos que no se disfrazan de falsa modestia y dicen: "Dios está conmigo", son levantados. David no dijo: "soy rubio de hermoso parecer y hermosos ojos, por eso no podré vencer a ese gigante que nos amenaza", al contrario, creía en Dios y en él, por eso le explicó a Saúl cómo peleaba contra leones y osos por defender las ovejas de su padre. Dios le da la victoria a quienes confían en Sus promesas y en las capacidades que les ha dado para salir adelante.

Sus pensamientos debes ser los tuyos

Salmo 139: 17 dice sobre los pensamientos de Dios: ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.

Los pensamientos que Dios tiene sobre nosotros son preciosos y se multiplican. El salmista hizo suyos los pensamientos de Dios, nota que dijo: cuán preciosos "me" son tus pensamientos. Es decir que debemos apropiarnos de los maravillosos pensamientos del Señor y pensar como Él. El profeta dijo: "tus pensamientos no son mis pensamientos, tus caminos no son los míos", eso significa que debemos hacer nuestros los pensamientos del Señor para poder caminar en bendición. Dios piensa bien de ti, toma esos pensamientos y hazlos tuyos.

Debes ser capaz de enumerar esos buenos pensamientos que tiene sobre ti porque solamente así podrán multiplicarse. Escríbelos, léelos en las Escrituras, proclámalos y medítalos para que Él los tome y multiplique. Si crees que tiene una promesa para ti, las convertirá en tres; si piensas que son tres, las convertirá en nueve; si estás convencido de que son nueve promesas, Él te sorprenderá con ochenta y una. Todo lo bueno se incrementa cuando nos apropiamos de Sus pensamientos de bien para nosotros. El día que le entregué mi vida, sabía muchas cosas de mí y también sabía algunas sobre Él, pero ignoraba todo lo bello que Él pensaba de mí. Lo que cambió mi vida y cambiará la tuya es conocer y aceptar lo que piensa de nosotros, cuánto anhela bendecirnos y hasta dónde puede llevarnos. No basta saber de Dios y de ti mismo, es imprescindible que sepas y hagas tuyos los pensamientos de bien que el Señor tiene sobre ti.

Piensa en lo bueno

Filipenses 4:8 nos aconseja lo que debemos pensar: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

El consejo es claro, no llenes tu cabeza de pensamientos de fracaso y pecado. Sé positivo y piensa en todo lo bueno. Evalúa tu pensamiento.

Lee estas palabras y clasifícalas según sean "de buen nombre" o "de mal nombre": suicidio, enfermedad, divorcio, hijos en drogas, robo, corrupción, injusticia, chismes, pobreza, inmoralidad sexual. Ahora lee éstas: hogar, esposa, amor, paz, sana economía, justicia, salud, trabajo, servicio. Definitivamente las primeras nueve son de mal nombre y no debes pensar en ellas para no atraerlas a tu vida. Por eso, ten cuidado con quien conversas porque dice la Palabra que las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Evita a las personas que no pueden ayudarte a llenar tu mente con pensamientos positivos, todo lo que hablas y escuchas influye en tu forma de pensar y actuar.

La perfecta voluntad de Dios

Romanos 12: 2-3 aconseja: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, créelo, no es exageración, pero de tus pensamientos depende que la experimentes. Nunca dudes de ello. Cuando te sientes derrotado y preguntas: ¿Por qué Dios permite esto, por qué me pasa a mí?, no estás pensando como deberías y le demuestras al Señor que dudas de Él. En la iglesia podemos interceder por ti, llorar, orar y aconsejarte, pero nadie, ni Dios, puede pensar por ti. Esa es tu tarea y mientras no pienses como Él, no leas las Escrituras y te convenzas de Sus promesas, no podrás pensar y hacer tuya Su voluntad de bien. Acércate al Señor y busca Su consejo, los libros de Eclesiastés y Proverbios son muy prácticos y te enseñan sobre el pensamiento de Dios en cada situación. No hay mejores recomendaciones que las de tu Padre Celestial.

Llena tu mente y corazón de fe, no de duda, temor o cuestionamiento. Todos tenemos una medida de fe diferente y podemos incrementarla. Demuestra tu fe y piensa bien de ti porque la gente que piensa mal de otros está proyectando lo que lleva dentro. Persevera en pesar las cosas que Dios te dio para que se multipliquen en tu vida.

Aprender a pensar

Hebreos 4:12 describe la Palabra: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

La eficacia se relaciona con acciones, sólo una acción puede ser eficaz. Aprende a ser eficaz en lo que piensas, aprende a pensar pues somos lo que pensamos. Somete tus pensamientos a la Palabra del Señor, haz tiempo para pensar si lo que estás pensando es correcto. Piensa sobre tus pensamientos, parece difícil pero no lo es, evalúalos, si lo que tienes es mente es correcto, bueno, puro, noble y digno de alabanza, tómalo y ponlo en práctica, de lo contrario deséchalo y busca renovarte.

La perseverancia que da paz

Isaías 26: 3 reconforta: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Persevera en Sus pensamientos y no desconfíes nunca de Él. Aunque lo que anhelas no venga en el momento que quieres, no desesperes ni permitas que la desconfianza entre en tu corazón, porque esa duda te robará la paz. Dios sólo puede guardar en completa paz a quienes siempre piensan bien de Él aunque la circunstancia esa adversa. El Señor no puede bendecir al de doblado ánimo que un día piensa una cosa y otro día cambia de parecer.

Hemos aprendido a pensar por reacción y no proactivamente. Nuestra mente no descansa, todo el día pensamos, tenemos ideas, somos bombardeados por lo que vemos y escuchamos. Esa transacción de pensamientos no se detiene, pero debes hacer tiempo para detenerte y aprender a pensar bien. Muchas veces nos arrepentimos de los que decimos y hacemos porque no pensamos bien las cosas y actuamos por reacción. Entonces debemos pedir perdón por los errores que cometemos.

Cambia tu sistema, reflexiona sobre tu forma de pensar y aprende a hacerlo proactivamente, con calma y viendo hacia el futuro. Detente a pensar, aparta un tiempo para estar a solas con Dios y Su palabra, pídele que te enseñe a hacerlo, que te ayude a hacer tuya Su voluntad buena y perfecta, que te muestre Sus promesas y las aceptes antes que las malas noticias. Él puede ayudarte a entender que está a tu lado, que tú y el Él son mayoría y que si se cierra una puerta, Él siempre abrirá otra. Con esos pensamientos, sabrás que ante la crisis, no te despedirán y si lo hacen, tendrás otra puerta abierta ante ti. Pensando así podrás enfrentarte a todo. Si llegas a tu oficina y el gerente te llama porque tiene una noticia que darte sobre el despido de personal, puedes pensar dos cosas, que te despedirán o que serás de los que se quedan. Si la noticia es que te vas, puedes decir que agradeces la oportunidad y pensar que así como se cierra esta puerta, Dios abrirá nuevas.

Cierta vez una persona metió en mi un pensamiento negativo. Me dijo que no entendía por qué hacíamos un templo tan grande si había tantos templos vacíos en el mundo. Entonces le consulté a mi Padre Celestial. Le dije que estaba haciendo lo que me había pedido pero que aún estábamos a tiempo para detenernos. Su respuesta fue que yo decidía qué tipo de ministerio deseaba. Si quería ser como Su siervo en Corea que tiene más de un millón de ovejas y no se dan a vasto las instalaciones o quería ser de los que tienen templos vacíos. Entonces, recapacité, recordé que nuestro equipo pastoral es fuerte y capaz de sostener el ministerio, recordé que mi hijo y los hijos de nuestros pastores tienen un hermoso llamado y que tenemos mucho por hacer para llevar a la gente a Sus pies. Así que le pedí perdón y renové mis fuerzas. Me sentí como cuando reprendo a mis hijos por algo que han hecho que no les enseñé yo. Les pregunto: ¿dónde aprendiste eso? Dios bien pudo decirme así, porque esa desconfianza no la aprendí de Él sino de fuera y me dejé llevar. Él me dio Su perfecta paz cuando perseveré en Sus pensamientos y los hice míos.



Nuestros pensamientos nos ponen frente a las bendiciones o al borde del fracaso. Dios me trajo a la mente un predicador que tiene más de 80 años predicando fervientemente por todo el mundo y me dijo que así seré yo, de larga vida a Su servicio y lo mismo desea para ti. Adórale y dale gracias, entrégale tu corazón y mente, confía en Él porque tus pensamientos en el Señor te harán fuerte. Su fidelidad te llevará más allá de lo que imaginas y Su mirada te llenará de paz. Lleva cautivo todo pensamiento a Su obediencia, piensa bien, piensa como el Señor y haz tuyas Sus promesas.




---------------------------------------------------------------------






El que cura nuestras heridas
Debbie Marrie



El Señor se nos presenta a nosotros como nuestro Sanador, aquel que está pendiente de nuestros sufrimientos y de nuestras heridas.

 El periodista le preguntó a la niña de tres años el nombre de su padre. Ella miró desconcertada, tomó fuertemente la mano de su padre y entonces respondió suavemente: –Papi.

Su padre, un general de cinco estrellas del ejército, altamente condecorado y un hombre muy influyente, le sonrió tiernamente a su hija después de escuchar su respuesta.

En su ingenua mente, él no era un hombre con títulos, honores o incluso con un nombre o un apellido auspicioso. Él era una persona muy especial a quien ella llamaba "Papi". En ese título residía todo cuanto ella necesitaba a su corta edad: amor, provisión, protección, diversión, seguridad y consuelo. Para otros, él podía ser el "General" o el "Señor"; para esta pequeña él simplemente era "Papi".

¿Qué importancia tiene un nombre? De acuerdo con el Diccionario Webster's, un nombre es "una distinción designada a una persona o cosa". Describe el carácter, la cualidad, la posición, la ubicación y la relevancia de cualquiera cosa a la que esté vinculado.

El significado de los nombres de las personas en las culturas bíblicas tenía una mayor trascendencia que en la actualidad. Reflejaba un aspecto de la naturaleza de la persona. A menudo, a un niño se le daba nombre de manera "profética" de acuerdo con una característica distintiva, su destino divino o un acontecimiento relevante en su nacimiento.

Por ejemplo, Jacob, que significa "el que suplanta o engaña", caracterizaba la naturaleza embustera de este hijo de Isaac, quien le robó a su hermano y engañó a su padre para que le diera la bendición patriarcal que le pertenecía a su hermano. Dios cambió el nombre de Jacob por Israel –"Dios gobierna" o "un príncipe de Dios"– después del encuentro redentor de Jacob con Dios.

Un hijo de Finees, el sacerdote, nació cuando el arca del pacto le fue robada a Israel en su derrota a manos del enemigo. El arca era la habitación para que la gloria de la presencia de Dios viviera en medio de ellos. De manera que su madre llamó al bebé: Icabod, que significa "sin gloria". Su nombre describía el trágico acontecimiento que ocurrió en el tiempo de su nacimiento.

José era un seguidor de Cristo a quien los apóstoles llamaban Bernabé, que significa "hijo de consolación o ánimo" (Hechos 4:36). Él vendió una propiedad y llevó el dinero a los apóstoles para los necesitados (v. 37). Fue el primero en hacerse amigo de Saulo de Tarso –más tarde llamado Pablo– cuando los demás apóstoles le temían.

Bernabé defendió a Saulo y lo ayudó a convencer a las iglesias de que realmente se había convertido y que ya no representaba un peligro para los creyentes. La vida de Bernabé reflejaba el significado de su nombre, era conocido por animar y consolar a los necesitados.

De la misma manera, Dios revela su carácter en los nombres que se da a sí mismo. Su nombre predominante es Jehová, el cual está escrito en La Biblia más de seis mil veces. Jehová significa: Dios y Señor supremo, el verdadero Dios, Aquel "que existe".

Cuando Dios le dijo a Moisés que liberara a Israel de Egipto, le ordenó que le dijera al pueblo: "yo soy me envió a vosotros" (Éxodo 3:14). En nuestra mente, "yo soy" necesita un calificativo, una descripción limitativa que le siga al tiempo presente del verbo "ser": yo soy. . . ¿qué? Al carecer de dicho calificativo debemos entender que Dios no tiene límites, Él es el supremo: Creador, Dios, Señor, Soberano del universo, entre otros miles "calificativos" que nos revelan su carácter y naturaleza.

Asombroso es la única palabra que puede describir a este gran e infinito Señor Dios, Jehová. Como criaturas finitas, nos sentimos insignificantes e impotentes ante tal grandeza infinita. Aunque Dios sea el gran yo soy, sin límites, puede parecer increíble que prefiera que lo conozcamos como nuestro Padre.

Esta revelación de Dios como nuestro Padre es el mayor entendimiento que podamos recibir de la naturaleza del corazón amoroso de Dios. Su idea al crear a la humanidad, de acuerdo con Las Escrituras, era tener una familia; hijos e hijas quienes aprendieran a conocerlo como "Abba, Padre": "Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: '¡Abba! ¡Padre!' El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios" (Romanos 8:15-16).

¿Qué padre cariñoso no sufre cuando ve a su hijo en dolor, enfermo o afligido? Muchos han dicho que estarían dispuestos a resistir lo que su hijo padezca en lugar de ver al pequeño sufrir. ¿Cuánto más sufre el amor mismo –"Dios es amor", 1 Juan 4:8– cuando ve a sus hijos en aflicción? Es lógico que yo soy tenga una solución para la desventura de sus hijos. Él desea llenar nuestros corazones de su gozo.

Uno de aquellos maravillosos calificativos de yo soy que Dios le comunicó a su pueblo Israel es Jehová Rafa que significa: "yo soy Jehová tu sanador" (Éxodo 15:26). Rafa significa "sanar" en el sentido amplio, y puede referirse literalmente a ser el médico de los hombres, como lo muestra en el pasaje al revelar primero su naturaleza sanadora. Asimismo, se refiere a la sanidad de aflicciones individuales, de heridas nacionales, a la restauración del favor, a la sanidad de aguas amargas y a la restauración hacia la plenitud de cualquiera otra situación que así lo requiera.

F. F. Bosworth explica la importancia del nombre de Dios para sanidad: "Jehová Rafa es el nombre dado para revelarnos el privilegio de ser sanados como parte de nuestra redención. Este privilegio es comprado por la expiación (…) Esto es tan sagrado y vinculante para cada iglesia hoy como las ordenanzas de la cena del Señor y el bautismo cristiano. Jehová Rafa es uno de sus nombres redentores, el cual sella su pacto de sanidad".

Usted no puede separar a Dios de sus nombres y esperar conocer al Dios vivo, el yo soy. Él es quien dice ser, sino no sería Dios. Y Él nunca cambia. Este principio, el de su inmutabilidad, rechaza toda falsa afirmación de que Él pueda ser un tipo de Dios en el Antiguo Testamento y otro en el Nuevo Testamento.

Más bien, entendemos que la revelación mostrada de su persona, carácter y naturaleza fue parcialmente revelada en el Antiguo Testamento. La naturaleza de Dios se mostró perfectamente a través de su Hijo, Jesús, en el Nuevo Testamento. Jesús les enseñó a sus discípulos que venía a revelar al Padre, pues dijo: "Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto" (Juan 14:7).


Lo único que podemos concluir desde el momento en que Dios se reveló a sí mismo a Israel como Jehová Rafa, "el Señor tu sanador", es que Él continúa siendo el sanador de sus hijos. Él no ha cambiado su nombre. Jesús lo confirmó al llevar a cabo grandiosos milagros de sanidad cuando caminó sobre la Tierra.

Como nuestro amoroso Padre celestial, Dios nos ofrece su propia naturaleza, el atributo divino de su amor sanador. Él no puede cambiar su carácter. Declaró a través de su profeta: "Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer" (Números 23:19). El día de hoy Dios le dice: "yo soy Jehová Rafa, el Señor tu sanador".




___________




                       
Perdonar desata el favor de Dios
Por Mario Serrano

"Cuando las heridas son realizadas por aquellos que están a nuestro lado, por aquellos que ocupan un lugar en nuestro corazón, es difícil perdonar".
Si eres como muchos, seguramente hay alguien en tu vida que te ofende o hiere diariamente.

Cuando las ofensas son producidas por personas que conocemos en forma ocasional, es más fácil practicar el perdón, pero cuando las heridas son realizadas por aquellos que están a nuestro lado, por aquellos que ocupan un lugar en nuestro corazón, sobre todo cuando la ofensa se realiza en forma constante, es difícil perdonar.

No tenemos la habilidad de borrar nuestro registro de recuerdos, pero si pudiéramos borrar de nuestro recuerdo cada vez que alguien nos ofende, sería maravilloso.

La próxima vez que viéramos a esa persona, no tendríamos ninguna sombra que oscureciera la buena imagen que tenemos de ella, no tendríamos nada guardado, esto haría que el proceso del perdón fuera más fácil. Pero, en cambio, nuestra tendencia natural es recordar las cosas malas que otros nos hacen. El deseo de vengarnos da lugar muchas veces a todo tipo de situaciones y conversaciones imaginarias donde vemos al que le ofendió pagando las consecuencias de "haberse metido con nosotros".

Perdonar a alguien por una única ofensa no es tan difícil como hacerlo con alguien que te hiere constantemente.

Aparentemente esta era el dilema que estaba enfrentando Pedro "...Señor, ¿cuantas veces perdonare a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. (Mateo 18:21-22).

Cuando estamos en la situación de Pedro, es decir, cuando sentimos que ya hemos perdonado demasiado y es hora de tomar "cartas en el asunto", podemos sin darnos cuenta estar parados frente a una gran trampa que ha destruido la vida de muchas personas, esta trampa es similar a la que utilizan los cazadores de osos, está compuesta por dos filas de hierros dentados que se cierran y se abren, similares a una gran dentadura. La fila de dientes superiores reciben el nombre de falta de perdón y los dientes inferiores se conocen con el nombre de amargura.

Cuando caes en esta trampa, cuando sus filosos dientes te atrapan y desgarran tu alma, comienza un proceso paulatino en tu vida, de muerte y dolor.
Las personas resentidas, que no pueden perdonar, someten su vida a un proceso autodestructivo. El enojo, la frustración, los problemas gastrointestinales y de tensión arterial, los dolores musculares, el insomnio, los problemas cardiacos, la falta de atención o concentración, las adicciones etc., forman parte de este proceso, y se nutren y fortalecen cada día a través de nuestra falta de perdón.

Querido amigo, no alimentes a esas bestias que terminaran devorando tu vida, decide perdonar. Si pones de un lado de la balanza tu problema, la incomprensión, el desacuerdo que provoco el conflicto, y por el otro lado todo el sufrimiento y las consecuencias que estas experimentando por rehusarte a perdonar, ¿vale la pena tanto dolor, es necesario atravesar por ese camino de sufrimiento y amargura? ¿Es justo que tus seres queridos paguen las consecuencias de tu resentimiento?
"Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados..." (Hebreos 12:15)

La frase " Mirad bien" es significativa. El Espíritu Santo sabía muy bien que muchos padecemos la tendencia de mirar bien los errores de los demás y no los nuestros. En cambio somos animados por esta palabra a mirar con detenimiento y en forma exhaustiva nuestro corazón.

En ocasiones este tipo de análisis profundo acompañado de oración, revela lo que hay dentro de nosotros. Una vez que vemos nuestro interior a la luz de Dios, es conveniente tomar las medidas necesarias y aplicar el remedio de la confesión, el arrepentimiento y el perdón.

De otra manera seguiremos en la situación de muchos cristianos que tratan de avanzar y crecer en la fe, pero lamentablemente se encuentran siempre en el mismo lugar. Las promesas de Dios no hallan cumplimiento en sus vidas y en vez de vivir una vida abundante y poderosa, son víctimas del fracaso, el vacío y la frustración. Es lógico pues " han dejado de alcanzar la gracia de Dios" al permitir que la amargura, la falta de perdón y el resentimiento, brotaran dentro de sí.
Querido amigo que nada impida que la gracia de Dios fluya en toda su plenitud hacia tu vida, esa gracia fluyendo, permaneciendo y llenándote continuamente, hace que tu vida nunca más sea la misma. Te transformaras en una persona satisfecha, completa, atractiva, pues la plenitud de Dios te llena a cada instante, permitiéndote vivir una vida victoriosa.

A todos nos gusta estar junto a personas así, cerca de aquellos que con su vida nos transmiten paz, armonía, plenitud, gozo, no simplemente porque dibujan una sonrisa en su rostro y aparentan estar bien, o porque se ponen una máscara de religiosidad, sino más bien porque con sinceridad transmiten la plenitud y la gracia de Dios que habita en ellos.
Querido amigo, todos podemos transformarnos en esa clase de personas, y en vez de herir con nuestras palabras y actitudes a quienes nos rodean, podemos perfumar sus vidas con la fragancia de Cristo que emana de lo profundo de nuestro ser.

Toma hoy la decisión de perdonar, de arrancar de tu corazón toda raíz de amargura, y determina con firmeza caminar continuamente bajo el favor de Dios.




________________________________________________________





Cómo reconocer la voz de Dios
Por Charles Stanley

Dios nunca tuvo en mente que nos defendiéramos en la vida solos. Él siempre está listo para actuar en beneficio nuestro.

Desde muy temprana edad, un bebé comienza a identificar las voces de sus padres y a distinguir sus voces de las de otras personas. Del mismo modo, Dios nos ha dado la capacidad de reconocer su voz.

Con el tiempo, podemos aprender a discernir cuando Él nos habla por medio de su Palabra, sus respuestas a nuestras oraciones, y a identificar a los verdaderos creyentes.

Para identificar la voz de Dios, hágase estas preguntas:

•¿El mensaje es coherente con la Palabra de Dios? Al examinar la Sagrada Escritura, sabremos cómo rechazar la voz que nos dice que estamos condenados (Ro 8.1), y aceptar la verdad de que el Señor nos perdona.

•¿Lo que escuchamos contradice la lógica humana? Si es así, eso puede venir del Señor. Él nos dice que debemos poner la otra mejilla, amar a nuestros enemigos, y que los últimos serán los primeros.

•¿Las palabras de Dios discrepan de nuestros deseos carnales? Él quiere que tengamos un gozo santo, y por eso se niega a complacer nuestros deseos terrenales que están fuera de su plan.

•¿Sus palabras desafían nuestra fe? Dios quiere crear en nosotros una fe que profundice la relación que tenemos con Él.

•¿Requiere de valentía para obedecer a Dios? Cuando Él habla, normalmente es necesario que tomemos una decisión que exige un sacrificio o un cambio de dirección.

Jesús es el Buen Pastor (Jn 10.11), y Él promete que seremos capaces de distinguir su voz, para que podamos seguirlo. Él no quiere que escuchemos a "extraños", porque entonces seríamos fácilmente extraviados (vv. 4, 5). ¿No quisiera usted dedicar tiempo a la Palabra de Dios, para que pueda conocer su voz?

De todos los héroes de la Biblia, de pocos se habla con tanto respeto como del rey David. ¿Qué lo hizo tan especial? David se preguntó lo mismo (2 S 7.18). La mejor respuesta es, simplemente, que él era un hombre que escuchaba a Dios.

La rectitud no es posible, a menos que escuchemos al Padre celestial. Cuando lo hacemos, recibimos de Él guía, dirección, disciplina y aliento. Esto fue muy cierto en cuanto al pastor y rey David (Sal 63.1-8).

En los Salmos tenemos un hermoso cuadro de la vida de oración de David. Notemos cuatro cosas que él hacía cuando meditaba en Dios:

1. Examinaba su pasado. Aunque David había cometido pecados graves, esos tiempos difíciles le enseñaron a ser humilde. Mirar hacia atrás lo ayudaba a recordar la fidelidad de Dios.

2. Reflexionaba acerca del carácter del Señor. Cuando nos enfocamos en los atributos de Dios, crecemos en nuestra comprensión de quién es Él. Esto daba como resultado una relación más personal e interactiva.

3. David recordaba las promesas de Dios. Sabía que el Señor había dirigido siempre, y con gran éxito, sus pasos.

4. Hacía peticiones a su Padre celestial. Dios nunca tuvo en mente que nos defendiéramos en la vida solos. Él siempre está listo para actuar en beneficio nuestro.

           
Deténgase un momento y piense en cómo conversa usted típicamente con Dios.

Si usted es el único que habla cuando ora, necesita hacer algunos ajustes. Así como el Señor le hablaba a David, Él tiene también muchas cosas que decirle a usted, si simplemente permite que le hable.




¡Nunca, nunca te rindas!

Por Felipe Matto

El Señor te dice, ¡siete veces caerá el justo, pero de todas ellas se levantará!
(Lectura Juan 5: 1-9,14) Este es un mensaje de fe para todos aquellos que hace tiempo están pasando un estancamiento económico, familiar, de proyectos personales que no se realizan, para aquellos que tienen sus emociones quebradas, que su cuerpo está debilitado, que en lo social se sienten excluidos y en lo espiritual no hay resultados.

Vivimos en una sociedad donde cada uno está sumergido en sus cosas, cada uno tratando de solucionar sus propios problemas, por eso hoy necesitamos la ayuda de Dios y no poner nuestras expectativas en la gente para no desilusionarnos.

El Señor quiere irrumpir en tu vida, para liberarte, sanarte, levantarte.

En el estanque de Betesda, (casa de misericordia, fuente de manantial), había un inválido entre cuatro tipos de personas.

Muchos Enfermos

La palabra enfermedad viene del latín y su significado es «falto de firmeza, debilidad». Salud es definida por la Constitución de 1946 de la Organización Mundial de la Salud como el estado de completo bienestar físico, mental, social. No es solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

Por lo tanto, una enfermedad sería una "alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible".
En lo físico

Hay momentos difíciles que una persona atraviesa, quizás estás en un hospital, o en tu casa postrado, o en una silla de ruedas, no tienes firmeza física porque el cáncer está en tu cuerpo, un virus, es probable que una bacteria alteró el funcionamiento normal de tu organismo, o un accidente afectó una o varias partes de tu cuerpo.

En algunas mujeres su útero no tiene la firmeza, la fuerza para albergar su sueño de tener un hijo. Tienes dolor en los huesos, en la cervical, mal funcionamiento de tu corazón, te alimentas mal y tienes sobrepeso, o una vida sedentaria que te impide estar bien. Quieres ser sano pero ya no depende ti, tu cuerpo se debilitó por las drogas, el alcohol, el tabaco.

Una mujer llamada Noemí tuvo dos hijos y les puso por nombre: Mahlón: enfermo, enfermizo y Quelión: débil, defectuoso. Y poco tiempo después los dos hermanos murieron. A través de sus nombres ellos estaban identificados y ligados con la enfermedad, la debilidad y lo defectuoso.

Es muy importante que sepas que como te dices o rotulas, te vas a identificar con la fuerza, la salud o la debilidad. Si dices todos los días; mi enfermedad, estoy enferma, no aguanto más, no le estás dando la oportunidad al Señor para que te sane.

Jesús dice: "Lo que tú digas será hecho".

De tu boca deben salir palabras de sanidad, de fortaleza, de vida. Aunque tu cuerpo esté débil, tu boca debe declarar palabras de sanidad y de vida, porque el Señor respalda su palabra.

No sé qué debilitó la fuerza de tu cuerpo, que es lo que alteró su firmeza, solo sé que en este día Jesús viene para decirte, ¿no te dije que si crees verás la gloria de Dios?

En lo mental

Hay situaciones que alteraron tu manera de pensar, de sentir y, por lo tanto, tu estado de ánimo y también tus relaciones con tu esposo, esposa, hijos, amigos, en tu trabajo. Disminuyó tu capacidad para afrontar las exigencias diarias y normales.

Hay un desorden cerebral y esto afecta a personas de cualquier edad, raza, religión. Una situación imprevista o la falta de resultados produjeron un trastorno del razonamiento en tu mente. Se alteró tu comportamiento, te cuesta adaptarte a algunos cambios en tu vida y hoy necesitas la ayuda de un consejero, un grupo de autoayuda e inclusive este desajuste mental está afectando tu estado físico.

Quiero decirte que dentro del cuadro mental que estás viviendo hoy el Señor viene a tu vida para decirte, ¡diga el débil, fuerte soy!, porque lo que creas y digas será hecho. Es hora de recuperar tu fuerza física y energía mental.

En lo social

Estás experimentando estrés por situaciones difíciles que no puedes superar, te sientes incapaz de cumplir con algunas responsabilidades familiares, laborales. Tu hacer está debilitado, tu funcionalidad no es satisfactoria y, por lo tanto, afecta tu cuidado personal y otras áreas. Perdiste el rumbo.
Entre los síntomas psicológicos del estrés están la ansiedad, tensión, preocupación incontrolable, irritación, distracción y dificultad para aprender cosas nuevas. Esto te afecta en tu hacer, sientes un debilitamiento que cambió tu estilo de vida, alteración en la relación de la familia, en lo social, tu rendimiento físico e intelectual ha disminuido y sientes que te es imposible sostener nada.
No sé qué experiencias fuertes estás viviendo, cuánto hace que estás así, o cuántas veces te caíste. Solo quiero decirte que llegó el día de recuperar el equilibrio, de ver más allá de lo que la realidad te muestra, de recuperar tu fe y esperanza, y volverte a levantar.

El Señor te dice, ¡siete veces caerá el justo, pero de todas ellas se levantará!
Esta gente esperaba un golpe de suerte. La suerte de ellos era que bajara un ángel que moviera las aguas del estanque y el primero que se metiera en ella quedaría sano. Pero uno de ellos necesitaba ayuda de otros. Este hombre le dice a Jesús, "otro desciende antes que yo".

El ángel representa el golpe de suerte que esperas, esa ayuda que no sabes cómo puede llegar, pero que estás esperando cada día. Escuchas que gente desconocida ayuda a otros, contactos de oro que se le presentan a mucha gente, oportunidades de oro que la gente recibe, pero no se te presenta nada, todo pasa a tu alrededor, ves y oyes que les sucede a los demás y a ti nada.

El movimiento de las aguas es cuando ves que los demás son bendecidos, que les va bien. Parece que Dios escucha a todo el mundo menos a ti. Crees en Dios, oras, ayunas, te congregas, pero los demás son los que avanzan, se sanan, prosperan y te preguntas, ¿y yo cuándo voy a ser bendecido?

Hoy tengo muy buenas noticias para ti. El Señor vino a tu vida para sanarte y levantarte, porque él sabe que ya hace mucho tiempo que estás así.

Como le pregunto a este hombre, te pregunta a ti, ¿quieres ser sano? Si estás de acuerdo entonces declaremos juntos tu sanidad.

Di en voz alta: "Padre, hoy decido no estar más en debilidad física, en debilidad mental. Hoy decido declarar con mi boca palabras de sanidad para mis huesos, declaro sano mi corazón, declaro que todo virus o bacteria que entró a mi cuerpo en este momento se seca, por el poder de tu palabra".

A través de tu palabra declaro sano mi mente, mi cuerpo, mis emociones. Yo renuncio a toda debilidad en lo físico, en la mente, en lo espiritual. Nunca más saldrán de mi boca palabras de enfermedad, de muerte, de derrota, porque a partir de hoy solo voy a escuchar tu palabra.

Señor, renuncio a depender de los demás, a esperar que alguien quiera ayudarme. Renuncio a sentirme débil cuando no reciba la ayuda de otros.

¡Declaro que estoy libre en mi cuerpo, en mi mente, en lo social, de toda enfermedad, de toda debilidad! Lo hago en el nombre del Señor Jesucristo. Amen y amén.

¡Levántate, toma tu lecho y anda, estás sano! ¡Disfruta la vida!.











                La semilla de la ofensa

Por Brian Adams

Él sabe que usted debe tratar con las semillas de condenación, ofensas y amargura. No debemos permitirles que tengan nada de tierra donde puedan ser plantadas para comenzar a crecer.

Conózca su identidad

Creo que la razón por la cual Jesús pudo perdonar de inmediato era porque Él sabía quién Él era, de dónde precedía y hacia dónde iba. No tenía un problema de identidad.

Estando en oración a menudo y manteniendo siempre una comunión con el Espíritu Santo y el Padre Él pudo mantener la calma, por decirlo de alguna manera. Las Escrituras nos dicen que Él iba seguido a orar. Creo que esto es clave. Vea, orando a menudo estamos crucificando la carne y trabajando el dominio propio del alma.

Es en el área de nuestra alma, o emociones, donde la ofensa comienza. Leímos que el pecado fue primeramente concebido en el corazón de Satanás.

La imaginación hará crecer odio y ofensas si es alimentada por el alma.

La imaginación sometida al Espíritu brindará un lugar donde la fe puede crecer, y luego debemos meditar en la Palabra de Dios. Jesús se mantuvo humilde al estar siempre en la presencia del Dios Todopoderoso. Es el orgullo de nuestra naturaleza caída el que se ofende. Decimos: "¿cómo se le ocurre a alguien hacerme esto?". Ahora, hay casos donde somos lastimados, abusos o crímenes, los cuales no tienen nada que ver con el orgullo, pero muchas de las ofensas menores suceden cuando sentimos que se nos faltó el respeto. Como Jesús siempre oía al Padre, Él sabía qué decir y cómo responder. En realidad, El Espíritu Santo le decía cosas que habrían de suceder. Él podía prepararse en oración por medio de la Palabra. Edificándose en oración Él recibía sabiduría para tratar con las situaciones. Estoy convencido de que si pasamos más tiempo en oración recibiendo de nuestro Padre obtendremos mayor madurez.

En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios (Lucas 6:12).

Nos engañamos y caemos justamente en el plan del enemigo cuando nos enojamos con las personas que dicen y hacen cosas que nos lastiman. Recuerde, se nos dice que no debemos luchar contra gente, sino contra espíritus que manipulan a las personas. Si prestáramos atención a esto, y nos enojamos, deberíamos enojarnos con el diablo y perdonar a la persona que está siendo usada para causarnos problemas o lastimarnos y orar por ella.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12).

Saltemos al versículo 18: Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos (Efesios 6:18).

Cuando lee el pasaje del versículo 12 al 18 verá que nos dice que no luchamos contra gente, sino contra demonios. Ahora puede vestirse para la batalla sabiendo dónde se origina toda esta guerra. Las personas que se enredan en ella son engañadas y se convierten en prisioneros a disposición del diablo. Oremos por ellas. Primeramente, perdónelas para desatar el poder de Dios el cual repele la guerra, y luego ore para que sean liberadas y productivas en el Reino de Dios.

Estoy convencido de que si usted se ofende fácilmente no es una persona tan madura como usted cree y todavía ignora muchos aspectos espirituales. Ahora, aguarde un momento antes de ofenderse conmigo mientras lee este libro acerca del perdón. Termínelo primero y verá que estoy tratando de presentarle la verdad de manera directa. Esta es la verdad que aprendí por medio de la revelación y la aplicación práctica.

Así como Jesús, debemos perdonar desde la cruz, en el instante cuando sucede. Cuanto más rápido usted lo suelte y perdone, más rápido el poder de Dios es desatado para arreglar y prevenir problemas. Sabiendo que las ofensas van a ocurrir, debemos vestirnos apropiadamente con la armadura y orar. Debemos entrenarnos para responder de manera apropiada perdonando, amando, respondiendo de inmediato. Haga esto y protegerá su alma de las semillas de la ofensa y puede comenzar la intercesión por las almas cautivas que causan contienda, división y esparcimiento de ovejas. Cuando pasamos tiempo en la Palabra de Dios y con el Dios de la Palabra, vestidos siempre con la armadura y permitiendo que el amor de Dios fluya por medio nuestro, podemos desatar el perdón. Jesús pudo otorgar el perdón y orar por perdón. Cuando la mujer fue atrapada en el acto del adulterio Jesús no la hizo esperar durante días.

Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más (Juan 8:3-11).

La primera vez que leí esta historia me sorprendió mucho la rapidez con la que Jesús quitó la condena y la perdonó. Él sabe que usted debe tratar con las semillas de condenación, ofensas y amargura. Las palabras tienen poder. No debemos permitirles que tengan nada de tierra donde puedan ser plantadas para comenzar a crecer.

La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos (Proverbios 18:21).

Vemos que Jesús estaba dispuesto a permitirle al hombre en la cruz que fuese el primero en beneficiarse de la obra de la cruz. Él perdonó a la mujer adúltera y al hombre que bajaron por el techo. Sus ejemplos nos muestran que debemos perdonar rápidamente, remitir nuestros pecados y brindar el amor que recibimos del Padre. Perdonar es tan clave así que trate de ser perdonado lo antes posible.











Cuando no encuentras respuestas



Por Mario Serrano - Libro Gratis "Claves para una vida mejor"

En su gran sabiduría Dios nos concede el privilegio de recibir la respuesta en el momento apropiado.

Nos gusta encontrar respuestas para todo, aunque muchas veces Dios
reserva para si algunas de ellas.

Hay ocasiones cuando pedimos a Dios una respuesta, una salida, alguna solución para nuestro conflicto, y aunque intentamos de muchas maneras recibir alguna señal, todo permanece igual y nada parece suceder.

Es allí cuando comienzan a aparecer en el horizonte nubes oscuras de des-confianza, que tratan de opacar la luz y el brillo de la fidelidad y el amor de
Dios hacia nuestras vidas.

El conflicto surge debido a un problema horario, Dios tiene sus tiempos y
nosotros el nuestro. Nuestro tiempo es limitado, el de Dios es eterno. Nuestro tiempo responde a la necesidad de lo urgente, debido a eso muchos, vivi-mos una carrera frenética. Dios no se desespera por nada, él tiene todo bajo
control.

Mientras la tecnología avanza, pone a disposición del ser humano, mas y
más herramientas a fin de ayudar a este a realizar las cosas con mayor facilidad, a pesar de ello, vivimos apurados y sin tiempo. En una oportunidad
se nos descompuso el horno microondas, un artefacto que utilizamos para
calentar las comidas y el biberón de nuestros hijos. Debido a esto, para calentar los alimentos tuvimos que volver por unos días a los métodos tradicionales. Entibiar el biberón de nuestros hijos se volvió algo más complejo que lo
habitual, teníamos más demora, ya que primero había que calentar un reci-piente con agua, etc., etc. Esto me desesperaba, pero no entendía la razón, ya que con nuestra primera hija utilizamos el sistema tradicional para calentar sus alimentos y nunca tuvimos problemas. Es que los seres humanos nos acostumbramos a las comodidades, a lo rápido, a lo más eficiente y una vez que entramos en esa corriente es difícil volver atrás.

En el plano de lo espiritual sucede lo mismo, a veces recibimos respuestas
inmediatas a nuestras necesidades y pensamos que siempre debería ser así, en
cambio Dios demora respuestas para enseñarnos ser pacientes y a esperar el
tiempo de Él.

El tiempo de Dios no es como el nuestro, su calendario es eterno, por tanto para el no hay pasado, ni futuro o presente (Eclesiastés 3:15). Nosotros utilizamos para medir nuestros días el sistema de calendario romano a fin de poner un orden a nuestro tiempo o darle algún tipo de interpretación, en cambio Dios interpreta los espacios de tiempo en forma diferente. Para él un día es como mil años y mil años como un día (2Pedro 3:8). Tu vida se rige por el calendario romano, tus sueños y los planes de Dios para ti se rigen por el calendario divino normalmente conocido como "Kairos".

"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora" (Ec 3:1)

Es decir que hay un momento apropiado, correcto, y preciso para cada
cosa. Interpretar ese momento, hace la gran diferencia entre el sabio y el imper-tinente. El impertinente es aquel que a pesar de tener buenas intenciones, ejecuta sus acciones y palabras en el momento incorrecto, produciendo resultados negativos. Es el típico "desubicado" e inoportuno que menciona el libro de Proverbios, quien profería bendición a gritos sobre su amigo y eso no está mal, el problema era que cuando lo hacía era de madrugada y por supuesto, esta no es la hora más adecuada para andar gritando o mejor aún, para oír gritos. "El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de mañana, por maldi-ción se le contará..." (Pr 27:14) En cambio el sabio, es prudente, y actúa en el momento preciso, en ocasiones haciendo el mínimo esfuerzo, pero logrando los mejores resultados, pues hace sus actividades con inteligencia. Sus palabras, tal vez sean pocas y sencillas, pero penetran las profundidades del corazón humano, porque son pronunciadas en tiempo y ocasión.

"Hay oro y multitud de piedras preciosas; más los labios prudentes son joya
preciosa"(Pr 20:15)

"Manzana de oro con figuras de plata, es la palabra dicha como conviene" (Pr.
25:11)

Así como las palabras adecuadas en el momento oportuno producen regocijo y refrigerio a nuestra alma, así también las respuestas otorgadas en el momento justo son más productivas, beneficiosas y de gran valor para nuestra vida. En su gran sabiduría Dios nos concede el privilegio de recibir las respuestas en el momento apropiado, ese momento exacto cuando el milagro, la salida o lo que necesitamos adquiere mayor importancia, significado e impacto. ¿Puedes creer esto? , ¿Puedes confiar en la sabiduría de Dios, reconociendo que él sabe cuál es el mejor momento para concederte lo que deseas? .Cuando nos comenzamos a impacientar permitiendo que la ansiedad y la preocupación dominen nuestra vida, estamos enviando en forma inconsciente un mensaje al cielo diciéndole a Dios que haga algo, que no sea negligente, que abra sus ojos y vea que este es el momento indicado para actuar. Dios en su gran amor y sabiduría reserva la respuesta para un momento más propicio pues se da cuenta de que todavía no estamos preparados para acceder a su favor. Cuando esto ocurre nos llenamos de indignación o en el mejor de los casos, bajamos los brazos y abandonamos nuestros anhelos. No renuncies a tus sueños, que no haya señales positivas que te muestren algún tipo de avance, no significa que todo permanezca igual, en el ámbito espiritual seguramente están sucediendo cosas.

Cree que ahora mismo, se están estableciendo contactos que impulsaran tu futuro...






EL PODER DE UNA DECISIÓN:

Existe Poder en una decisión?

Decisión:  "Es una determinación voluntaria o resolución que se toma sobre un asunto con firmeza de carácter".

Porqué cuesta tanto entonces, tomar una decisión?

Es indudable  que se pone en juego, intensas consideraciones interiores previo a tomar una decisión. 
Por supuesto, existen decisiones que jamás podrán tener muchas consideraciones previas.. por ejemplo, tratar de evitar un accidente. Tomar un jarrón antes que caiga al suelo… son decisiones casi instintivas.

Pero hay otras decisiones que debemos tomar respecto a  nuestras vidas, que nos demandan un esfuerzo y  que nos paraliza. Nos provoca incluso un conflicto a resolver.

Generalmente, cuando una persona toma una decisión es como tomar por un camino que tenía dos sendas.  Debemos tomar una y dejar la otra. Y he aquí, el problema. Muchas personas no toman jamás esa decisión final. Y siempre.. siempre… están asentados en el mismo lugar… en el vértice de los dos caminos,… dejando pasar el tiempo de las determinaciones.

Así actúa las variables de la PERSONALIDAD..  Hay personas que no les insume mucho esfuerzo tomar una decisión trascendente en sus vidas.. y hay otras que… quedan eternamente paralizadas.

Asimismo, en el área espiritual  hay dos propuestas bien definidas.  Una, la puerta más angosta, la más estrecha, tiene que ver con un esfuerzo de creer sin ver, la certeza al esperar, la convicción de que existe lo que no se ve.  La FE, es la herramienta que nos ayuda a tomar decisiones.

La otra propuesta bien definida en la vida, es  la puerta más ancha, más grande, donde no se requiere esfuerzos, todo está a la vista, es el mundo físico, es el mundo emocional, las pasiones a flor de piel,… el disfrute, por el disfrute mismo.

La puerta angosta tiene que ver con el gozo de estar con Dios.. , la puerta grande es la que tiene que ver con el gozo aquí y ahora, puramente crudo y carnal como somos.

Pero existen muchísimas personas que, encontrándose en el vértice de la decisión en sus vidas… ponen un pie en la senda angosta, retrocede, luego pone un pie en la senda ancha, retrocede,…  y vuelve a hacer lo  mismo.  Una y otra vez.  Encontrándose años.. y años en esa misma situación. … Siendo ambivalente, dubitativas, y jamás terminan de tomar una decisión final.

Dios, nos indica que en esta vida, o seremos fríos o calientes, seremos de Dios mismo o no seremos. Porque tampoco aceptará a quienes son tibios,.. a quienes son ambivalentes, que juegan a las dos puntas, o que quieren estar en los dos caminos a la vez.

Entonces..  Dios… quiere que tomes una decisión, .. y que dejes de ser tibio.  Dios te espera con los brazos abiertos…y dispuesto a brindarte la corona de vida… pero… es una puerta angosta.. muy estrecha… donde solo la FE y el Amor en Él.. tiene imperio.

Por último.  Al pensar en esta reflexión.. Qué cosa, nos imposibilita tomar una decisión tan trascendente? Que puede estar provocando mi permanente indecisión personal?

En lo que refiere a tomar por el camino angosto, estrecho, de una vida espiritual cerca de Dios, donde la FE y solo la FE, es la herramienta que nos une a Dios, porque es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve, involucra asumir un compromiso con Dios.  Un compromiso de sostener la FE, a pesar de los contratiempos.

Hay muchas personas, que no están dispuestas a ese sacrificio…..

De creer sin ver, que Dios es capaz de convivir con nosotros y acompañarnos aún en las adversidades.  Creer sin ver.  Y estar dispuesto a darle el lugar a Dios que realmente merece en nuestras vidas.

 Requiere un esfuerzo, que no todos están dispuestos a asumir, incluso ante el mismo Creador....

MATEO 7:  13. Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
14. porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.






=========================

EGOÍSMO


La enfermedad del egoísmo

El egoísmo suele verse más como un fenómeno del lado de los antivalores que del trastorno.
Decimos que el egoísta es indoloro, mezquino o miserable, pero nunca lo vemos como una posible patología; ¿acaso la gula no ha sido elevada (¿o devaluada?) al rango de "trastorno de la conducta alimentaría?".
Desde mi punto de vista, hay que considerarlo como una enfermedad del yo acaparador.
Además de un acto de mala educación, es un atentado a los derechos humanos, una violación del principio de la reciprocidad, una conducta depredadora, o si quiere, un patrón antisocial.
A veces la avidez es tan arraigada, es tan visceral, tan destructiva, que para modificarla se requiere la intervención psicológica o psiquiátrica.
No disculpo a los egoístas, sino afirmo que están aquejados de una enfermedad perversa.
Un hombre violador o golpeador, además de recibir sanción moral, debe ser atendido clínicamente.
En un conocido diccionario, Egoísmo se define como; "Inmoderado y excesivo amor que uno tiene por si mismo y que le hace tender desmedidamente a su propio interés", sufre de egocentrismo: "Soy el centro del universo".

El egocéntrico, inevitablemente, desconoce a todo interlocutor y destruye toda posibilidad de relación: "Sólo yo existo".

El inmoderado y excesivo amor por si mismo hace referencia de la egolatría, lo que se conoce como mecanismo o culto al ego.

El Ególatra desconoce la empatía.
No posee la capacidad de amar porque el amor propio le demanda todo su potencial afectivo.
Siguiendo las premisas de la ética de la consideración, la asertividad bien entendida trata de equilibrar el yo autónomo (independiente) con el yo considerado (interpersonal).
La combinación de ambos me permite comprometerme con la red social/afectiva a la cual pertenezco y sostener al mismo tiempo un territorio de reserva personal.
Laín Entralgo se refiere al momento coafectivo de la relación interpersonal, determinado por dos aspectos afectivos fundamentales, sin los cuales no puede existir ninguna relación: (a) la compasión (padecer íntimamente con el otro sus vivencias penosas) y (b) la congratulación (gozar íntimamente con el otro las vivencias gozosas).
¿Qué es ser egoísta?: Es renunciar a la condición humana, a lo coafectivo, es desconocer que somos prolongaciones de los demás.
Aunque a los egoístas no les guste, estamos conectados unos a otros por naturaleza, intercalados, apretados, casi abrazados, de tal manera que ignorar al prójimo es negarse a si mismo.
La carencia de amor, la ausencia de empatía y la indiferencia acaparadora son formas de agresión encubierta, violencia enfermiza que merece, además de repudio, ayuda profesional.
De no ser así, seríamos egoístas con los egoístas: una bola de nieve de enemistad aplastante.

Autor: Walter Riso
Colaboración de Alfridina Lalane
República Dominicana




========================

MIS CAVERNAS


La vida es una hermosísima escuela, que cuando uno llega a adulto comienza a redescubrir las riquezas de la vida. Se comienza a redescubrir cada uno de los aspectos que la vida nos fue entregando desde que nacimos. Es un hermoso pasaje de cosas y acontecimientos. Las personas también son parte de nuestras vidas, aquellas que desde pequeños hemos conocido, aquellas que hemos dejado en el camino, y las que vamos a seguir conociendo, porque la vida nos presenta a muchas personas a diario.  Pero hay personas que no alcanzan a despertar, personas  que muchas veces pasan gran parte de su vida dormidas en sí mismas, y que no disfrutan de la vida.



Un filósofo Griego, hablando sobre el comportamiento del hombre, un día contó que : muchas veces el hombre vive en una caverna profunda. Dentro de esa caverna crecen algunos vegetales con los cuales se alimentaba.  Bebía solo el agua que caía en gotas por el techo de la caverna y que provenía del deshielo de la montaña contigua. En esa caverna, el hombre yacía toda su vida, porque le habían dicho, si... le habían dicho, …. que afuera había un dragón que merodeaba el lugar. El dragón jamás dejaría el lugar, porque el nido donde tenía sus huevos estaba al lado de la puerta de entrada a la caverna.

Entonces, éste hombre, contemplaba desde su caverna, los días maravillosos de sol que se sucedían afuera.  Mirando hacia la llanura, podía observar el paisaje majestuoso de un lago cristalino, rodeado de pinos verdes muy verdes… y jardines florales a todo su alrededor.

También podía divisar, que en ese lugar, había otros seres como él, disfrutando de las bondades de la naturaleza, y de esos días espléndidos.

Pero, …como lo hacía desde su niñez,… el hombre, no se atrevió a salir de la caverna por temor a ser comido por el dragón. Su temor, fue siempre siempre más grande que su valentía. Sobre todo, porque jamás, jamás pudo ver el Dragón que le habían contado desde chico, que vivía al costado de la puerta su la caverna.

Realmente, ésta es una historia poco feliz, para quien vivía sometido por el temor, aislado, recluido, en una caverna gris, húmeda, aburrida, sin ningún atractivo, para toda su vida.

Seguramente, se acostumbró a vivir así, seguramente, los años pasaron y fue tan común vivir recluido, en su caverna, que ya no le importaba mucho salir. 

El ser humano, hombres y mujeres, solemos vivir en nuestras propias cavernas mentales.   Sí, cavernas mentales.  Ahí, donde si bien podemos tener alimentos y agua, podemos llegar a vivir recluidos, sometidos, esclavizados, encarcelados, por nuestra forma de pensar y nuestros particulares criterios  de ver la vida.

Mientras tanto, podemos observar como muchos seres humanos, pueden disfrutar de una maravillosa naturaleza, con plenitud de vida, allá junto al lago cristalino y rodeado de jardines y pinos.

Cuántos de nosotros contemplamos desde nuestras propias cavernas a los demás. Y decimos… yo no naci para disfrutar de la vida como aquellas personas que viven en la llanura.

Vivimos sometidos a nuestras propias negaciones. Hemos creados nuestros propios monstruos que no son tales, pero que nos condicionan la vida. Cuantos dragones imaginarios nos impiden salir de nuestras propias cavernas mentales y ser totalmente libres.

Qué es ser libre? Qué significa salir definitivamente de la caverna y comenzar a caminar hacia la llanura donde está el lago cristalino y el jardín de flores.

Ser libre significa, renunciar a mi esclavitud mental de decir no puedo, no sirvo, no es para mi, no, no, no.. esta vida es un infierno, esta vida es una tortura, esta vida me hiere, me hace daño, eso es vivir en una caverna mental.

Dios nos hizo verdaderamente libres.. DIOS NOS HIZO VERDADERAMENTE LIBRES, somos nosotros mismos quienes nos encarcelamos en una caverna. Dios nos ha proporcionado la más maravillosa de las ocasiones, que podemos llegar a tener, que es vivir, vivir en plenitud comenzar a disfrutar de las bellezas que Dios nos ha dado. Que importa si no tengo un auto cero kilometro en la puerta, que importa si no tengo una vivienda como yo la quiero, que importa si no tengo las alternativas que otros tienen, si tengo la PAZ Y EL AMOR de DIOS en mi corazón, soy verdaderamente rico.

Cuántos de nosotros hemos vivido encarcelados en nuestras cavernas mentales y mirábamos a los demás y veíamos que aquellos eran felices y nosotros no podíamos serlo.  Hoy Dios te invita a que salgas, y que comiences a disfrutar de la vida, a que comiences a ver el verdadero sentido que tiene esta vida,  que comiences a ver la verdadera riqueza, porque la verdadera riqueza está en dar lo mejor de cada uno de nosotros, dar el Amor que tenemos y que Dios ha depositado en nuestro corazón.

Todavía estamos a tiempo, todavía estamos a tiempo de abrir las puertas de esa caverna y salir corriendo al encuentro de las maravillas que Dios ha creado.  Depende de cada uno de nosotros. Y si no puedes, eleva tu mirada a DIOS y pídele que te ayude a abrir la puerta y Dios te ayudará a comenzar a disfrutar de una vida maravillosa. Donde habrá dificultades,  donde habrá problemas, pero que aprenderás a verlas con una visión distinta, con una visión de FE y ESPERANZA que te permitirá vivir en PLENITUD….. 



1 comentario: